LA MEDALLA DEL PEREGRINO tiene dos caras: una de ellas, un espléndido rostro de inusual belleza en el diseño y en el trabajo artesanal del noble metal que la conforma; la otra se encuentra en su interior -es su esencia- el significado que encierra Una composición de relieves que transmiten ecos de tiempos lejanos, remotos lugares, creencias y culturas de antaño.

Son tres los símbolos que se engarzan en la pieza: la concha de Santiago, el laberinto y la reliquia de Compostela. La primera-símbolo por excelencia del Camino de Santiago- sirve de lecho al conjunto de líneas concéntricas que constituyen el dédalo de Mogor (Marín): un trazado que aparece en diversos enclaves del planeta (Bretaña, Creta, India, Galicia…)-misteriosamente idénticas líneas sobre rocas sagradas a lo largo de la historia- como una respuesta a todas las peregrinaciones del hombre. Y en el centro, la reliquia. Un pequeño cuarzo rosa de Compostela que resulta el corazón de la pieza. Es parte del lugar santo que unifica el conjunto, principio y fin de este laberinto.

Confluencia de símbolos, síntesis de mensajes ancestrales, labrado artesanal del metal precioso. Nos encontramos ante una pieza única: un diseño exclusivo de Pacodíaz que actualiza la simbología universal del peregrino o peregrina a Compostela. Miles de años de tradición laten en esta medalla.

Pacodíaz